A principios de marzo os hablaba de la primera catedral inteligente. Se trataba de la Catedral de Palencia, y el título de la entrada se refería a una iniciativa de la Fundación Santa María la Real consistente en un sistema de monitorización del edificio que permitía saber a tiempo real el estado en el que se encuentra, si se produce un incendio o si los xilófagos andan por allí con malas intenciones, un gran paso en lo que a conservación preventiva de un edificio se refiere.
Pues bien, un acuerdo firmado entre la mencionada Fundación y la Fundación San Millán de la Cogolla ha hecho posible que se inicie el proceso de monitorización del Monasterio de Yuso, situado en la citada localidad riojana.
Monasterio de Yuso (San Millán de la Cogolla, La Rioja) |
Hasta el momento, el Monasterio ya ha sido objeto de numerosas
actuaciones, entre las que destaca por su envergadura la restauración de
la Iglesia, realizada hace unos años, y que posibilitó la iluminación del edificio.
Pero pese a todo, existen determinadas patologías que no pueden resolverse
de forma integral con intervenciones, ya que afectan a la ubicación y
diseño del edificio, como es el caso de la aparición de humedades y la
escasa ventilación de la Iglesia. Por ello se ha optado, por instalar un
sistema de monitorización, que ya ha recibido el informe favorable del
Consejo Superior de Patrimonio Cultural, Histórico y Artístico de La
Rioja, una vez concluidas las primeras fases del proyecto, que han
consistido en un estudio global del edificio, la toma exhaustiva de
fotografías, la realización de inspecciones termohigrométricas y de
análisis químicos y la determinación de las zonas con mayores riesgos,
con el fin de designar la ubicación de los sensores.
Tras esta primera fase de estudios, se han detectado problemas de
humedad debido a la presencia de agua en el subsuelo bajo el pavimento
de la iglesia, ya que el monasterio de Yuso se emplaza sobre abundantes
corrientes de agua. Por ello, se ha considerado necesario identificar la
variación de los parámetros ambientales de temperatura y humedad con
objeto de registrar el comportamiento termohigromético del edificio y
establecer así un diagnóstico definitivo para esclarecer el origen de
las patologías encontradas y proceder a subsanarlas. Además, gracias a
la monitorización ambiental, se podrá hacer un seguimiento en tiempo
real de estos parámetros y se podrá controlar el impacto del uso y su
influencia en la conservación de los bienes muebles que alberga el
monasterio.
El sistema que va a instalarse es conocido como MHS,
una herramienta para la gestión integral del patrimonio, que ofrece,
por un lado, una serie de dispositivos para el control de parámetros y
la transmisión de la información, y por otro, una serie de servicios
para la correcta gestión de esa información. En el siguiente vídeo se muestra cómo funciona.
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